"Azul ultramar" es el tercer adelanto de “15.11.18", el próximo álbum de MARCO MARIL, primero firmado con su nombre y apellido, que verá la luz la próxima primavera (ya en preventa en nuestra tienda). Una preciosa canción en la que destacan, una vez más, la melodía a piano interpretada por Marco y esos "ecos de sirena", más que cantos, de Iria Vázquez, que le acompañan. Un tema muy personal que esconde una dedicatoria especial y que, por lo tanto, requiere ser contada por el propio autor:

"29 de marzo de 2019, el día amanece con una triste noticia: el fallecimiento de mi querida Agnès Varda. Pero en Vigo luce un sol espléndido, con la incipiente primavera en su máximo esplendor… la luz (azul) abriéndose paso para aliviar las penas. Instintivamente cojo mi bicicleta, un bocadillo, una cerveza, una grabadora… y pongo rumbo a mi playa favorita para contemplar el mar. Sé que allí me espera Agnès para despedirme de ella como se merece. Enfocando el azul intenso del cielo y el mar, rozando la arena dorada, que a ella tanto le gustaba fotografiar.
Y como un torrente, entre montañas de agua marina empezaron a brotar las palabras, los versos y una melodía… “Azul ultramar”, el último regalo de Agnès, que a mi regreso a casa tomó forma definitiva con el piano y que en “15.11.18” se desliza sobre un paisaje sonoro de las olas del mar de Alcabre y los coros de Iria Vázquez."

Después de Apenino y Dar Ful Ful, MARCO MARIL continúa su trayectoria con tres temas, los ya conocidos "La gran mentira", que le sirvió de presentación, al que continuó "Preciosa y el aire” y este “Azul ultramar”, que son de algún modo la avanzadilla de lo que poco a poco irá llegando después. Tres composiciones que reúnen las principales características del nuevo proyecto de MARCO MARIL, que ahora sí, abiertamente firma con su nombre y primer apellido. Porque no sólo ha mudado de piel, desde que con Apenino publicara "Viravolta", también a cambiado de instrumento con el que componer y vehículo para transmitir el sonido que viste y acompaña sus emociones e ilustra sus textos. Porque el piano es desde un 15 de noviembre el principal protagonista de su música, en la que, como si de una taza de té se tratara, en los posos que queden al terminar de saborear sus canciones, podremos vislumbrar, algunos incluso interpretar, el pasado y el futuro de MARCO MARIL. Un porvenir que, al final de su primer trayecto, se materializará en luz, en un disco luminoso que nació en la oscuridad y se fue haciendo realidad con el sonido de un teclado.