Papaya
Corazón abierto
El segundo álbum de PAPAYA es la confirmación del proyecto liderado por Yanara Espinoza y el fruto de un trabajo tenaz emprendido desde 2015 junto a sus dos compañeros de aventuras: Miguel Aguas y Sebastián Litmanovich. “Corazón abierto” es la demostración del potencial que PAPAYA atesora, reconocido con presigiosos premios como El Ojo Crítico de RNE y los Premios Pop Eye a grupo revelación del 2016 por “No me quiero enamorar”, su primer álbum, y la reafirmación de su compromiso con una forma abierta de entender la música pop y la vida en general. Un cóctel sonoro, exótico y clásico a la vez, en el que destaca una mezcla de estilos, aromas y sabores tan particular que lo distingue del resto y lo hace especial, diferente e inimitable.
Desde el mismo título del disco “Corazón abierto” es una manera pasional de expresar un caudal embravecido de emociones, ritmos y experiencias en forma de canciones diversas pero en su conjunto con una arrebatadora personalidad propia. Lo que en argot de la calle se diría “a pecho descubierto” Yanara lo pronuncia con su acento canario a corazón abierto y suena y late a PAPAYA en estado puro.
Resulta fascinante la facilidad con la que saltan del pop a la cumbia, de la balada al rock and roll, del folklore al dance, del son al country, atreviéndose con todo tipo de ritmos y arreglos, sin que la época o los ambientes limiten su radio de acción, sin perder un ápice de credibilidad y, sin embargo, reforzando su propia identidad canción a canción.
“Corazón abierto” es por tanto un disco con muchas caras, tantas como las que presentan los sentimientos de Yanara Espinoza, en el que, como no podía ser de otro modo, la temática central son la relaciones carnales, un ámbito en el que ella se mueve como pez en el agua y del que extrae las historias que alimentan sus textos. Un álbum que igualmente puede funcionar como un único relato, dividido en episodios que se presentan en formato pop, donde el hilo conductor es la voz de Yanara y PAPAYA el cuerpo del disco.
Y para que no se nos escape ni falte detalle, a continuación nos adentramos corte a corte en las 12 canciones que contiene este segundo álbum de PAPAYA, tras su debut en 2015 con “No me quiero enamorar”.
El álbum comienza con “¡Ay, mujer!” el tema que ha servido de adelanto al álbum. Una especie de mini-opera western que en poco tiempo se ha convertido en un himno sobre la valentía de la mujer y el eterno femenino, que contagia por su ritmo y frescura, donde los ecos de Ennio Morricone y el folklore canario se cruzan con Los Brincos y Los Salvajes.
Con “Amarte”, de repente, el mapa se inclina melódicamente hacia territorios universales, con ABBA o los Beach Boys como puntos cardinales y todo fluye amalgamado con sencillez armónica y rítmica, con algún toque country en esa slide guitar que responde ocasionalmente.
A la tercera, con “Corazón abierto”, llega la bienvenida a Latinoamerica. La canción que da título al disco es una declaración de principios y todo un flow chileno-canario de Yanara y argentino por lo que a Sebastián toca, que combina con esas juguetonas lineas de bajo de Miguel. Un tema que evidencia la influencia del folklore latino de los 60s y 70s en PAPAYA y en particular de Michel Camilo y el son cubano en general.
“Trigales” es quizás el tema más preciosista y evocador del álbum. Con un toque de canción ligera e ingrávidez, como unos Bee Gees cantando desde el espacio, hipnotizándonos hasta el final de esta gema melódica en la que Miguel se explaya con sus lineas de bajo y Sebastián responde a la evocativa voz de Yanara con sus guitarras de delicadeza minimalista.
Así llegamos a “Amor o Sexo”, sin duda otro de los hits del disco en el que encontramos de todo: ritmo a lo Ini kamoze de los 90s, voces y arreglos reggaetoneros, toques orquestales en contraste con beats cumbieros, que acompañan esas preguntas vacilonas de Yanara y que nos llevan de un sitio para otro hasta que ese estribillo vuelve como un boomerang adictivo… como el amor y el sexo.
Como contrapunto a la anterior, “Méceme y Mátame” es la canción mas oscura del álbum. Un breve relato que esconde una declaración de amor, pero también de castigo, en la que, entre besos y látigos, Yanara se desenvuelve muy natural con arreglos clásicos orquestales, sintetizadores, gongs y arpegios de su guitarra acústica.
La cara B del vinilo comienza con “Fango en el Amor”. La canción es un "tour de force" que podríamos hermanar con "¡Ay, mujer!" por sus toques “tarantinescos”, pero que nos lleva a un terreno mas árido, entre la desesperación lírica y el arrebato de su energía sónica. Las influencias aquí se expanden un poco hacia el ritmo latino pero también hacia arreglos de cuerdas que alimentan la épica que crece hasta el final.
La sorprendente “Zapatitos de Cristal” es un dueto country muy especial con Yanara y Charly Misterio de protagonistas, en el que invocan la memoria de Johnny Cash y nos hacen recordar el hechizo que tienen sus canciones, en este caso con una letra que es un guiño a Vladimir Nabokov (Yanara escribió esta canción con tan solo 15 años).
En la “La chica del quiosco” nos encontramos con ese universo que se creó PAPAYA en donde habitan muchos de sus ídolos de la canción de los 60s beat, como por ejemplo Leonardo Favio, Sandro o Love en ese toque de épica elegante que le da la orquesta por detrás empujando la canción.
En la recta final del disco regresan los contagiosos ritmos latinos de “Si tu quieres mi amor”, pero esta vez PAPAYA interpreta con toda naturalidad una personal mezcolanza de cumbia, reggaeton y funk ochentero en donde Yanara juega entre la elegancia y el descaro con voces a veces dulces a veces amargas.
Casi para acabar llega “Soy un macarra”, la versión del clásico de Ilegales que tan celebrada ha sido en sus conciertos desde que la presentaran en la entrega de los Premios Pop Eye 2016. Una revisión con doble de dinamita en la que PAPAYA se lanzan a tumba abierta sobre un ritmo de metralla “nirvanesca”, el filo de esa guitarra minimalista de Sebastián y el poder imparable de las voces de Yanara y Miguel, aquí a duo, queriendo partirte la cara desde el minuto 1.
El álbum se cierra a lo grande con la onírica “Quiero despertar”, el tema más ochentero del disco que nos retrotrae a los tiempos de la movida y en el que entre colchones orquestales y sintes se abre paso el ritmo insistente a lo “Pretty Woman” de Roy Orbison, lapsus psicodélicos beta, y un crescendo guitarrero que sube y se eleva hasta, de repente, sumergirse nuevamente en el sueño.
Que lo disfruten con salud… amor y sexo.
Tracklist
- ¡Ay, mujer!
- Amarte
- Corazón abierto
- Trigales
- Amor o sexo
- Méceme y mátame
- Fango en el amor
- Zapatitos de cristal
- La chica del quiosco
- Si tú quieres mi amor
- Soy un macarra
- Quiero despertar