Pumuky
Justicia poética
"Justicia Poética" es el título del cuarto álbum de Pumuky, su ansiado nuevo larga duración. Un disco con el que, fieles a su tradición, vuelven a reinventarse, entregando la colección de canciones más hermosa y compacta de su carrera. Un trabajo sin fisuras, espontáneo en su concepción, que comenzó a fraguarse en su gira mexicana de 2014, pero minucioso en el proceso de producción, en el que sustituyen baterías por cajas de ritmos y le otorgan aún más protagonismo a sintetizadores y guitarras eléctricas que en discos precedentes. Diez temas donde vuelven a destacar unos textos sublimes; canciones imprescindibles por separado, pero que en conjunto conforman el disco más adictivo de su carrera. Por todo ello y por lo que a continuación contamos, "Justicia Poética" es algo más que el epígrafe de un gran disco, es la merecida recompensa a la perseverancia y al riesgo tomado, desde luego a la altura de la cada vez más alargada sombra de Pumuky.
Probablemente la espera desde aquel magnífico “Plus ultra” (Jabalina 2011), hasta la llegada de “Justicia Poética”, se haya hecho demasiado extensa. El single para la colección DEDICATESSEN (Jabalina 2013), lejos de aliviar el camino, consiguió incrementar la impaciencia. Sin embargo, la tardanza mereció la pena. Si cada trabajo de los oriundos de Icod de los Vinos (Tenerife) es garantía de emociones fuertes, “Justicia Poética” supera todas las expectativas puestas en él. Para empezar, como suele ocurrir con casi cada trabajo del proyecto liderado por Jaír Ramírez, “Justicia Poética” marca una nueva refundación del grupo, que ha vuelto a fijar su base en las islas Canarias. Siempre bien secundado por su hermano Noé, para la grabación del single “Pumuky y el eterno femenino” (DEDICATESSEN, Jabalina 2013) se incorporaron Adán Zeus y Daniel Benavides, completando la formación hasta el día de hoy. La misma que después partió hacia México para realizar una intensa gira de la que volvieron con la plaza de baterista de nuevo vacante. Fue entonces cuando planean acometer la preparación de este nuevo álbum adaptándose a las nuevas circunstancias, decidiendo sustituir baterías por orfebrería electrónica como ya adelantábamos en el preámbulo, pero sin dejar de sonar más orgánicos que nunca. El resultado, 10 canciones de ese pop de doble filo tan característico en Pumuky, pegadizo pero con aristas, en esta ocasión incluso revestido entre más recovecos y giros que nunca, quizás algo más inaccesible en un primer acercamiento, pero muy gratificante en siguientes escuchas, en las que no se dejará de descubrir emocionantes detalles en todo momento.
Abre la veda la intensa "Taniyama-Shimura", posiblemente la que tiende más puentes con su anterior disco, pero preparándonos rápidamente para lo que vamos a escuchar a continuación. Una composición formada por un explosivo muro de sonido eléctrico que va in-crescendo y que es toda una declaración de intenciones, como queriendo rogar comprensión al oyente al iniciar este viaje conjunto (“Dime qué significa esa mirada. No queda tiempo y descifrarla puede llevarme algunas vidas que ya no tengo; se fueron entre mis dedos. Así que dime si es cierto que quieres venir conmigo, aunque no sepamos dónde, y aunque no haya futuro... futuro que siempre llega demasiado tarde. Se muere la madrugada. Nosotros estamos vivos. Acabo de resolverlo: vienes conmigo”).
Ya con la segunda canción, "El señor de las bestias", se empieza a vislumbrar la personalidad dominante en “Justicia Poética”. Ese tejido sonoro formado por ritmos rotos que se enroscan entre sí, empujados por arpegios de sintetizador, que mecen hacia una brumosa y sanadora duermevela a los que aceptan la invitación.
Con "La venganza de Rubik" llega una de esas canciones tan reconocibles dentro del universo Pumuky. Un caramelo envenenado que se estira hasta el desgarro bajo capas de acoples de guitarras y teclados histriónicos, consiguiendo una altísima cota de intensidad. Buen momento para fijarnos en los textos y destacar el importante papel que, como no podía ser de otro modo, tienen en el álbum. A estas alturas ya se empieza a percibir un leitmotiv que impregnará todas las letras: historias de “perdedores” a los ojos de la mayoría, pero victoriosos en el sentido de que aún siguen peleando por unos ideales, aunque no estén seguros del todo de estar en lo correcto, o si algún día serán recompensados por su proceder, y ya solo les quede esperar recibir algún guiño de la utópica justicia poética (“Si te sirve para algo decidí estar siempre a tu lado. Ser tu soldado kamikaze. Tu venganza ejecutarla contra todos los que te empujaron, contra todos los que se rieron, contra todos los que te dijeron que no había nada ahí… ¿Y qué si no queda dinero? Correr aún es gratis, no nos alcanzarán”).
Una de las sorpresas para los seguidores más fieles de Pumuky, o un gancho para los que se asomen por primera vez a sus coordenadas sonoras, puede venir de la mano de la pegadiza, a la vez que agonizante, "Escritura Automática 9mm", con ese estribillo difícil de quitarte de la cabeza cuando ya ha hecho acto de presencia ("...y todo lo que escribo es un eseoese"), y ese ritmo palpitante si lo comparamos con las revoluciones a las que nos tenían acostumbrados Jaír y los suyos. Prima hermana de esta canción también podría serlo la animada "Suprahombre", aunque contraste con lo taciturno de su letra (“¿Qué revolución te atreves a contarme? Soy más de auto-extinción revolucionaria. Si no creo ni en mí, en quién quieres que crea. Yo sólo quiero que nunca me dejes solo...”).
Después de "Teoría de cuerdas", una de las canciones más redondas y directas del lote, llegará la introspección con canciones como "La culpa y el librepensador", en la que se demuestra que Jaír canta mejor que nunca, o esa delicada pieza, casi como un travieso juego sonoro, que es "El escondite", demostrando la amplitud de registros en los que es capaz de moverse la formación canaria. No podía faltar uno de esos estremecedores instrumentales que siempre aparecen en los discos de Pumuky, en esta ocasión bajo el título de “Reducción al absurdo”, donde con pocas palabras terminando diciendo mucho (“Es fácil, redúcelo. Si te dejo marchar, ¿quién cubrirá tu espalda? Tú y yo, afuera la ley del caos. Si nos quedamos juntos podremos soportarlo”). El broche de oro llegará con “CRASH”, uno de los momentos más bellos del disco, donde realizan un ejercicio de auto contención, haciendo crecer poco a poco la marea sónica para luego domarla a sus pies, en una pieza que se convierte en todo un bálsamo, y que invita a volver a recorrer esta maravillosa travesía en la que se convierte “Justicia Poética”.
No es fácil encontrar referencias obvias en la música de Pumuky, aunque sus cuatro cabezas pensantes manejen un rico bagaje musical en el que han bebido desde muy jóvenes. Interrogados sobre bandas que piensen que pueden haberles influido en la elaboración y sonido final de este "Justicia Poética", salen a relucir proyectos como John Maus, The Notwist, Broadcast, Hood, Deerhunter, The Radio Dept., Red House Painters, Slowdive o These New Puritans, por citar algunos de ellos.
"Justicia Poética" se grabó, mezcló y masterizó en La Caterva Grabaciones, en la localidad de Telde, Gran Canaria, por José A. López, mano a mano con la banda. Este respetado músico y productor canario también está vinculado estrechamente a Pumuky, ya que en los últimos años ha sido su batería titular en muchas ocasiones.
Por último comentar el impactante arte gráfico que acompaña al disco, que vuelve a ser obra del ilustrador Xavier Jalón, quien también sería el responsable de las portadas de "El bosque en llamas" y "Plus ultra". En ella se puede apreciar una estampa simbólica donde un muchacho moribundo y mutilado es alzado por una bandada de pájaros con forma de ser que sujeta al chico con fuerza, protegiéndole de la caída al vacío en un acto de "justicia poética". Alguien que nunca podría volar por sí mismo, pero que en increíblemente recibe el premio de poder hacerlo, y es que siempre hay que perseguir la utopía, aunque nunca se vaya a realizar.
Tracklist
- Taniyama-Shimura
- El señor de las bestias
- La venganza de Rubik
- Escritura Automática 9mm
- Teoría de cuerdas
- La culpa y el librepensador
- Reducción al absurdo
- Suprahombre
- El escondite
- CRASH